PRESENTACIÓN DEL CARTEL DE LA COFRADÍA DE NTRA. SRA. DE LOS DOLORES DE DOÑA MENCÍA (CÓRDOBA) REALIZADO POR ALFONSO TUDELA POLO EL 6 DE MARZO DE 2004 En
la década de los 70 aparece en Doña Mencía la figura
del Cartel Oficial de Semana Santa, al objeto de representar y difundir
los valores de nuestra Semana Mayor, en un principio a través
de imágenes genéricas e incluso alegóricas, para
pasar posteriormente a ser protagonizado cada año por una de
las Cofradías que conforman la Semana Santa de nuestra localidad. La Cofradía de Ntra. Sra de los Dolores presenta esas particularidades,
esos aspectos distintivos y característicos que la hacen única
dentro de la Semana de Pasión de Doña Mencía: venerable
antiguedad y solera, una talla de reconocido valor artístico
e histórico y un señorío que la colocan con propiedad
como una de las principales Hermandades del paisaje pasionista menciano. Tras los avatares del período de la Guerra Civil y el desgraciado incendio que destruyó en septiembre de 1932 la Iglesia Dominicana de Doña Mencía con las Sagradas Imágenes que en ella se encontraban, entre ellas la de Ntra. Sra. de los Dolores, en el año de 1939, una piadosa mujer, devota de la Virgen de los Dolores, Doña Elena Santiago Moreno, viuda de Campos, encargó para la Parroquia un busto para una Imagen de la citada advocación, a Don Manuel Pineda Calderón. Dicha Imagen fue entregada en marzo de 1940. Con la llegada de la nueva Imagen se organiza una Cofradía para rendirle culto, que comienza a realizar su estación de penitencia ese mismo año 1940, Cofradía que tras superar etapas de esplendor y otras de cierta decadencia, llega hasta nuestros días plena de tradición, solera y caché histórico, a la vez que de vitalidad, entusiasmo y determinación para hacer honor a nuestra Amantísima Imagen Titular y al sentimiento de nuestros cofrades y del pueblo de Doña Mencía. De la primitiva Imagen de la Virgen de los Dolores, atribuida a Juan
de Mesa y Velasco, afamado imaginero cordobés afincado en Sevilla,
que precedió a la actual y que por desgracia desapareció
en el lamentable incendio acaecido en la Parroquia de Ntra. Sra. de
la Consolación en la madrugada del día 14 de septiembre
de 1932, poco sabemos, puesto que de la misma aparte de algunos enseres,
que hoy día siguen formando parte importante del patrimonio de
la Cofradía, y alguna que otra foto sólo se conservan
las manos, de una gran calidad, que no fueron destruidas en el referido
incendio al no llevarlas puestas la Imagen, ya que éstas, por
su gran calidad artística e histórica, sólo le
eran colocadas a la Virgen en las grandes solemnidades y en las salidas
procesionales que realizaba, mientras que en su estancia cotidiana en
su Capilla de la Nave del Evangelio de la Iglesia Conventual tenía
puestas otras, de menor antiguedad y factura. Estas manos, talladas
en madera de cedro de la mejor calidad son las que actualmente posee
la Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores, suponiendo por tanto uno de
los más valiosos elementos escultóricos cofrades de entre
aquellos con que cuenta la Imaginería de nuestra localidad. Como hemos referido anteriormente, Doña Elena Santiago Moreno, viuda de Campos, encargó para la Parroquia un busto para una Imagen de la Virgen Dolorosa, tallado en madera y policromado, al imaginero residente en Alcalá de Guadaira Don Manuel Pineda Calderón,que alcanzó gran notoriedad y cuya obra escultórica está representada tanto en Andalucía como en otros puntos de la geografía nacional, contando en Andalucía con Imágenes en Huelva, Cádiz, Córdoba, Ceuta, Málaga y Sevilla. Dicha Imagen fue entregada en marzo de 1940, constando todo ello en documento de compraventa firmado al respecto por el mencionado escultor y por Don Antonio Güeto, representante de la mencionada Doña Elena Santiago, y que obra en poder de nuestra Cofradía. En 1995, comenzó a preocupar el deterioro que mostraba la talla de la Virgen en diversas zonas del cuello y la cabeza, siendo consultado el artista y restaurador egabrense D. Luis Fernando Peñalba Corpas, quien tras un minucioso estudio expuso a la Junta de Gobierno de la Cofradía el fruto de su peritaje. Tras estudiar este Informe la Junta de Gobierno decidió confiar la restauración de su Titular al indicado restaurador. En vista del estado de la Imagen y tras sopesar diversas posibilidades, se decidió mantener la mascarilla de la misma, además de las manos, que no estaban afectadas, y realizar un nuevo candelero en madera de pino, reparándose la policromía del rostro de manera que su tono fuera similar al original de las manos, que tan sólo sufrieron una limpieza, aunque la pátina de estas permite identificar lo que es labor del restaurador y lo que corresponde a la obra antigua de las mismas. Igualmente se repusieron íntegramente las pestañas con pelo de marta cibelina y se colocaron las lágrimas en su posición original. El resultado fue bastante satisfactorio, guardando nuestra Imagen, tras la restauración, todas sus características originales. En Septiembre de 2003, la Cofradía acudió de nuevo al taller de D. Luis Fernando Peñalba Corpas para la reparación de unos pequeños desperfectos en la policromía del cuello de la talla de Ntra. Sra. de los Dolores, que venían apreciándose desde unos tres años atrás y que se debían, según la experta opinión del mencionado artista egabrense, a la acción de las altas temperaturas y la sequedad del ambiente de nuestro entorno. Tras esta restauración, hoy día la talla de Ntra. Sra. de los Dolores está en perfectas condiciones estructurales y estéticas. Tras esta introducción que pretende resaltar y justificar nuestra singularidad como Cofradía y lo excepcional de los valores artísticos e históricos de la talla de nuestra Imagen Titular, pasaremos a realizar en sí la presentación del Cartel de la Cofradía de Ntra. Sra. de los Dolores correspondiente a este año 2004. Se trata de una obra fotográfica realizada por José Jiménez en su estudio a principios de este año. Representa la Imagen de Ntra. Sra de los Dolores vestida tal y como podemos contemplarla en su capilla del Espíritu Santo, con la saya y manto color marfil que forman parte de su conjunto de indumentarias, y como ornamento y distintivos porta la corona de reina dorada que luce en el desfile procesional del Jueves Santo, Corazón traspasado por siete puñales en plata sobredorada, y en las manos porta pañuelo y rosario. Otro de los aspectos a destacar lo constituye el rostro de la Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores. Un rostro que irradia belleza y encanto, pero no una belleza vulgar o vacía, sino expresiva, sugerente y llena de significado. Es un rostro que transmite sentimientos encontrados: por un lado, tristeza, dolor, angustia, incertidumbre; pero por otra parte lanza un mensaje de serenidad, dulzura y fuerza. Representa a una Madre nunca marchita, porque el dolor no la envejece, y ante la que meditamos en la tristeza mortal de su hijo en Getsemaní, en el Palacio de Pilato, en la Vía Dolorosa o en su Crucifixión en el monte Calvario. Pero ante cuya mirada también se abre la Gloria inmortal e infinita de su resurrección y la esperanza de Paz y Amor que trae para todos los hombres. Es la suprema expresión de la belleza más gallarda, perfecta y bienaventurada, Salve hecha carne, letanía hecha repique, razón de nuestra fe, consuelo de nuestro dolor... Los ojos de la Virgen se te clavan como un faro de luz; así tuvieron que ser los ojos vivos y verdaderos de María. Para finalizar, quisiera aportar mi visión de este Cartel de Cofradía como actividad cultural, en lo que tiene de vehículo de difusión de una entidad histórico-artística, y también algo más: de difusión de un sentimiento; algo intangible, que es muy difícil de describir y plasmar en unas cuantas líneas... Es ese sentimiento que embarga a quienes han portado alguna vez sobre sus hombros la Imagen de Ntra. Sra. de los Dolores; de aquellos que han alumbrado su paso por las calles de Doña Mencía, o han portado alguno de sus distintivos en el desfile procesional del Jueves Santo; de las personas que contribuyen a la ornamentación de la Imagen y de su altar de Cultos; o de quienes, ante su capilla en la Ermita del Espíritu Santo o desde un balcón o a pie de calle en el recorrido procesional de la Virgen de los Dolores, han dirigido sus ojos hacia ella y han elevado una oración silenciosa, sincera y piadosa, buscando consuelo en su dolor, pena o desgracia. Por eso este Cartel de Cofradía no sólo supone una exaltación a nuestra Amantísima Titular, sino también un sentido homenaje a todos los hermanos y hermanas de la Cofradía, y a todos aquellos que profesan devoción o admiración a nuestra Virgen de los Dolores. |